Lo primero de todo. Muchísimas gracias por pasarte por Quills. Cuando te conocí, estabas inmersa en la danza tribal fusión después de haber pasado por la clásica. También tienes las carreras de Bellas Artes y Antropología. Eres una persona curiosa, inquieta, inteligente y artística. Lo que siempre me ha fascinado es cómo haces que todas las disciplinas en las que te manejas converjan para ofrecer algo más, algo vivo y genuino. Siempre hay algo de ti en todo lo que ofreces al mundo. Fue lo que me deslumbró de ti como bailarina y lo que me maravilla en tu faceta actual de recreadora histórica.
Para los no iniciados, ¿en qué consiste la recreación histórica? ¿Cómo empezaste a interesarte por ella?
La recreación histórica es llevar al público a un viaje en el tiempo. Es una teatralización didáctica de situaciones históricas relevantes por su valor educativo que pretende acercar la historia viva, interactiva. Los hechos del pasado se presentan al público para que pueda presenciarlos de la manera más auténtica posible, puede hablar con los personajes, preguntar, puede oír, ver y hasta oler en 360º.
Empecé a recrear de una forma casi natural. Desde niña me ha interesado mucho la expresión de la identidad social a través de la indumentaria. Debía tener unos once años quizá, no lo sé, cuando me dio por pedir que me cortaran el pelo al estilo de las pelucas del Imperio Medio porque estaba fascinada por la famosa escultura egipcia de Rahotep y Nofret ¡estaba tan contenta! No paré nunca más.
Después también me interesaron los objetos antiguos, todo lo que pueden llegar a contar. Empecé a coleccionar, poco a poco. Conocía la existencia de eventos de recreación aunque no había asistido más que como público, hasta que un día unos conocidos (que ahora son amigos queridos) me animaron a que participara en uno. Llegué hasta allí con bastantes dudas, pero me acogieron tan maravillosamente bien, que me quedé, y hasta hoy.
La recreación histórica es algo vivo y abarca numerosas disciplinas: creación de vestuario, documentación histórica, actuación, fotografía. ¿Cuál es tu parte preferida de todo el proceso?
Todas son igualmente importantes. El vestuario y el atrezzo deben cuidarse al detalle, es esencial crear un contexto capaz de trasmitir al público sensaciones lo más auténticas posibles que es nuestro objetivo.
La elaboración de piezas utilizando técnicas y materiales basados en los antiguos, sumada a la colección y conservación de antigüedades (muchas de las prendas y objetos que usamos son de la época de verdad) es un mundo apasionante para recreadores y coleccionistas. Es impresionante la cantidad de cosas que se pueden aprender a través de los objetos. Cosas interesantes, tanto sobre cómo eran las vidas de nuestros antepasados, como habilidades útiles para nuestra vida actual.
La documentación histórica es la base y el soporte de la actividad del recreador. El estudio de fuentes (secundarias y primarias) se conjuga con el ejercicio de una mini-arqueología experimental (probar las cosas que más o menos vamos pudiendo). Siempre en movimiento, siempre avanzando.
La actuación, depende muchísimo de cada recreador. Hay a quién le interesa y quién no acaba de verse mucho a sí mismo actuando. Personalmente sí que es algo que entiendo que tiene relevancia a la hora de transmitir al público los mensajes que el recreador considera valiosos. Se haga voluntaria o involuntariamente los mensajes al público se transmiten, constantemente.
La fotografía creo que tiene un importantísimo papel en la difusión de los trabajos de recreación. Hace que un acto efímero llegue a mucha más gente de la que ha tenido la oportunidad de presenciarlo. También permite tiempos para reflexionar delante de una imagen, darle vueltas con calma.
Lo que sí encuentro como contrapartida en la fotografía es que es una percepción de la realidad ya procesada por otra persona distinta de uno mismo. La percepción del fotógrafo está muy marcada en el mensaje que transmite al público mediante su imagen. Mucho más marcada cuanto mejor es el fotógrafo por cierto. Y eso puede ser beneficioso, pero puede ser perjudicial, o todo lo contrario, jajaja.
¿Cuál es mi parte peferida? Jeje, con lo que más disfruto es con el estudio. Tengo una curiosidad locaaaa por casi todo, enterarme de cosas que no sabía y que me parecen de interés me hace disfrutar muchísimo. Todos los días aprendo alguna cosa nueva. Para mí eso es la sal de la vida, lo que más feliz me hace.
¿Cuál ha sido la recreación que ha supuesto para ti un mayor reto?
Guerra Civil, sin duda, cualquiera relacionada con Guerra Civil española. Es un episodio demasiado cercano en las consecuencias. Pero es que hay que estudiarlo y hay que trasmitirlo aunque te toque alma. Vale la pena el esfuerzo en parte por ayudar a que las heridas no lleguen sangrando a las siguientes generaciones, y también por respeto a sus protagonistas, porque hay que dar altavoz a las historias reales, y mucho más a las que se han silenciado, hay que trabajar para transmitir una empatía que es el mejor remedio para evitar repetir atrocidades.
Esto no puede faltar. ¿Alguna anécdota divertida?
Bueno anécdotas a montones, no hay nada más divertido que poner la oreja cerca de una barricada y escuchar lo que se dice, te desternillas. Y el “backstage” de las recreaciones eso sí que es una joya de risas. Volvemos de cada evento, de cada encuentro con un montón de anécdotas geniales.
Es difícil elegir, pero recuerdo una bastante especial. Estábamos celebrando una reunión recreando una merienda burguesa en la España de 1929. El escenario era el Palacio Arias, una casona espectacular que ahora está en uso como hotel en Navia. Todo estaba preparado al detalle para que el entorno fuera lo más similar posible al que podría haber sido en aquella época, la mesa estaba dispuesta, la vajilla, la comida para servir, todo. No faltaba detalle, hasta una campanilla antigua, de las que utilizaban para llamar al servicio. Estábamos todos los asistentes ya sentados, ordenados protocolariamente según el papel que representábamos, y justo antes de empezar a servir un compañero hizo sonar la campanilla. Entonces apareció en la puerta una de las trabajadoras del hotel, preguntando si necesitábamos algo. No nos lo esperábamos para nada ¡qué aplausos le dimos! La verdad es que nos trataron genial, fue maravilloso.
Esta es una pregunta de uno de los dibujantes con los que suelo colaborar, Eduardo Gutiérrez García, apasionado por la historia militar y admirador de tu trabajo. Aquí va: “Me gustaría saber cuánta organización interna hay, si mantienen algún tipo de rango, si llevan a cabo entrenamientos, si hay militares, exmilitares o expertos en el período que ayuden a hacer la recreación lo más auténtica posible”.
¡Sí a todo, Eduardo!
Depende del evento concreto, de las características y las metas que tenga, y también depende de los intereses y las dinámicas objetivo de cada grupo. Haber hay para todos los gustos, desde gente cuya motivación es jugar con los amigos hasta gente de una minuciosidad extraordinaria en cada detalle.
Y especialistas, normalmente cada cuál destaca en su tema “obsesión” y va justito en los de los demás. Justito o más perdido que Varo por los bosques de Germania, por eso hay que trabajar en equipo.
Sí que hay rangos, y durante las recreaciones procuramos mantenerlos. Los rangos muy altos los lleva gente que su edad o condición física no permite que les apetezcan mucho los papeles físicamente más activos.
Los rangos de oficiales y suboficiales, dentro de, por ejemplo, una asociación, los llevan sus fundadores por orden de responsabilidad y compromiso, que suelen ser parejos a la antigüedad en el grupo aunque no necesariamente al cargo que ocupen, y se pueden también dar casos de especialistas técnicos o de cuerpos en los que históricamente todos sus miembros eran oficiales (por ejemplo las enfermeras del ejército americano en Segunda Guerra Mundial o los agentes del SOE por mencionar dos ejemplos que son de los que más trabajo).
En principio los rangos se establecen y mantienen de esta manera, pero luego al llegar al evento de recreación…ya es otra historia. La participación en eventos implica desplazamientos, a veces a grandes distancias y muchos gastos, con que casi nunca se consigue que las asociaciones que habitualmente representan a una unidad jerarquizada se muevan con todos sus miembros. Entonces las organizaciones de los eventos, por más que promuevan las inscripciones con mucha antelación y se prepare y organice todo con detalle y con mimo, se encuentran con unos pocos representantes de “esto” y unos pocos “de aquello” y tienen que intentar coordinar los medios humanos como pueden.
Es frecuente reclutar a los mandos efectivos in situ, y en base a esas decisiones organizar el grupo sobre el terreno. Llevar el mando en estos casos es voluntario. Y no te lo vas a creer pero ¡en campo a casi nadie le gusta mandar! Sí hay gente que se cuelga galones injustificados (brrrr) pero lo más típico es pasarse la patata caliente. Y es que para mandar hay que saber. Como te equivoques…
También es cierto que de la teoría a la práctica hay un abismo. Las recreaciones son muy intensas, los participantes se ponen nerviosos, los ritmos se aceleran más de lo esperado, aparecen imprevistos… No todo está ensayado y la intensidad del momento es determinante a la hora de convertir situaciones perfectamente ordenadas sobre el papel en caos totales en la práctica. Ahora qué, lo mismo sucede en una situación real. Y eso es bueno, que no sea una coreografía perfecta es realista. Siempre que todos los individuos sepan lo que tienen que hacer, claro está. Pero para eso están los recreadores veteranos, para orientar a los compañeros nuevos. Cuando tienes más experiencia es tu trabajo estar pendiente de quienes tienen menos, explicarles, asistirles…
Entrenamientos: dependen también de la responsabilidad de cada individuo y de cada grupo, porque suelen ser privados, la recreación en sí no se ensaya, no hay tiempo. Para mí los entrenamientos son esenciales. Me encanta entrenar, si se hace bien es arqueología experimental y me gustaría poder dedicarle muchísimo más tiempo todavía, me apunto a todos los entrenamientos que me propone todo mundo, de lo que sean, todo me interesa y por mi cuenta también hago un montón de cosas bastante raras.
Sí, hay militares y hay exmilitares que recrean, y también que asesoran a quienes preguntan. Desde aquí ¡gracias a millones a todos ellos! También hay expertos en el período que corresponda, y en los casos más afortunados hasta veteranos vivos. Un buen número de recreadores somos científicos sociales, arqueólogos, antropólogos, historiadores, profesores (la didáctica es importantísima), y también hay admirables personas que sin proceder de una formación académica reglada han llegado a convertirse en auténticos eruditos en su campo a base de meterle horas y buena mente.
En fin sí a todo, pero sí a veces y otras nada de nada. Depende, jajaja.
Otra que no puede faltar. ¿Sigues bailando? ¿Cuál crees que es el estado de la danza tribal fusion en España?
Jajajajaja ¡Sí! Sigo bailando. Muy poquito ahora pero sigo bailando y espero poder bailar más en el futuro. Bailo jazz solo por placer. Es alucinante, nunca había bailado por placer 100%, sin objetivos, esto sí, lo hago por disfrutar únicamente, sin prisas, lo que sale bien pues estupendamente y lo que no pues ya saldrá o no, cero estrés. Y además desconecto, básicamente porque el swing se inventó para ser imposible estar triste a la vez, jajaja.
Y en plan más serio también bailo cosas más extrañas, por experimentación artística. Sin formato. Todo lo contrario al formato, de hecho, mi idea es enterarme de qué pasa cuando se borran al máximo los formatos. A ver qué pasa, qué se activa y cómo se traduce ello solo automático a la danza. De estos experimentos quizá en un futuro salgan cosa más elaboradas, o no, veremos qué pasa.
Buah, no tengo ni idea de cómo está la danza tribal en España. Escucho que mal, que decepcionante, pero desde fuera la veo que ¡está mejor que nunca!, que esta generación de bailarinas juega en otra liga de buenas que son, una liga impresionante, me encanta lo que están haciendo sigo y admiro sus vídeos porque esto que bailan es tal cuál lo que a mí de verdad me gusta. Es increíble cómo pueden haber pasado tantas cosas tan rápidamente. Hace apenas diez años no había nada, un erial, y ahora ¡míralas! Son muy talentosas, una alineación astral de creatividad y potencia física. Creo que son todo un éxito, las admiro. Algo así soñaba en mis mejores sueños cuando empecé a formar gente, lo que no me imaginaba es que pudiera hacerse mejor que real, ni mucho menos tan rápido. También me dan envidia, este panorama es el que me hubiera gustado verdaderamente compartir cuando bailaba tribal. Creo que habría sido muy feliz. Pero no es tarde del todo para mí. Tengo muchas, muchas, muchas ganas de sentirme físicamente lo bastante bien como para poder acudir a las clases que imparten, pero ¡muchas ganas!
A diferencia de la danza tribal fusion, en la que, dentro de unas normas establecidas, hay una libertad total (o casi total) para crear personajes y situaciones, en la recreación (o al menos así lo veo desde fuera) hay unas reglas más estrictas, una necesidad mayor de precisión y fidelidad a los hechos que tuvieron lugar. Imagino que también hay espacio para la improvisación, porque al fin y al cabo, las situaciones que se generan están vivas. ¿Qué opinas de esto? ¿Qué proceso creativo disfrutabas más?
Sí, los contextos son más estrictos en la recreación histórica que sobre un escenario de tribal fusión, aquí es imprescindible ceñirse a hechos históricos. Pero en realidad esto también es un formato, un lenguaje simbólico aunque construido con otro tipo de símbolos.
En mi caso la norma que procuro respetar en la recreación es llevar la improvisación a un terreno lo más personal que sea capaz. Todo lo contrario de lo que hacía en el tribal. Sea cuál sea el personaje histórico que intente representar, no soy otra persona del todo, soy yo misma buscando conexiones con la situación que representamos, pero primando siempre la transmisión del mensaje constructivo que quiero hacer llegar al público. Así que el trabajo de ensayo lo hago fuera de la recreación.
Estudio las experiencias personales de a quien vaya a representar. Diseño el personaje. Si es genérico creo para él un nombre, una historia de vida siempre entrelazada con otros personajes históricos reales, medito en detalle las razones que pueda tener para llegar hasta encontrarse en la situación que se va a recrear... Y estudio mis reacciones, sobre todo las más inconscientes, comparo mis experiencias y formas de entender la vida con las suyas y con las de quienes me rodean.
Cuando se llega a la recreación todo sucede muy rápido, los imprevistos y las interacciones con otros compañeros y con el terreno y el público no dejan tiempo de planear sobre la marcha. Pero si el personaje viene bien construido desde casa es menos probable caer en incoherencias.
Además cuando el público se acerca a preguntar es más fácil que tengas las respuestas que buscan. Y eso es importante, darle la ocasión al público de preguntar y de compartir con los recreadores. Es la gran diferencia entre una película o un libro y la historia “en vivo” que son las recreaciones.
Disfrutar, disfrutaba más el proceso creativo del tribal. En la recreación la responsabilidad es enorme. Las dudas morales sobre si lo que estás haciendo es positivo o negativo. Y es que estás interpretando según tus capacidades hechos cruciales en las vidas de otras personas, y, más importante todavía, estás emitiendo un juicio sobre ellas y educando a los espectadores con tu punto de vista. Tela.
El tribal es arte, me subía al escenario, soltaba mi movida como quería y era asunto del público interpretarlo.
¿Qué te han aportado (y aportan) tus distintas facetas artísticas?
Lo más valioso que me han aportado es el conocer la obra de otros artistas, sus visiones, sus concepciones y sus soluciones. Pero a la vez el arte también es un cofre de introspección, que aunque no siempre guarda dentro cosas agradables, me siento muy afortunada de tener la llave que lo abre.
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
Estoy a muchas cosas a la vez, con cuatro brazos como Kali, como siempre. De todo y a lo loco, hay tantas cosas que quiero hacer y tantas cosas que quiero mejorar. Por suerte para mi parar paro poco poco.
Me gustaría hacer un blog en que recopilar y compartir lo que hago, pero no me decido, llevo años intentándolo.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere iniciarse en las recreaciones históricas?
Le diría que ¡adelante! que, que venga a probar, a conocernos.
También me gustaría decirle, o quizá pedirle más bien, que por favor estudie, que estudie muchísimo. Siempre. El momento de saberlo todo no existe. Que aprenda a buscar y a interpretar correctamente las fuentes adecuadas y que no deje de buscar preguntas nuevas.
Y que pregunte, que pregunte mucho, sin cortarse y a todos. Desde las dudas en apariencia más tontas (que no de nada por sentado ni se invente lo que no sepa), a las dudas más elevadas que posiblemente quien tengas delante no tenga ni idea de qué respuesta tienen, pero ¿y si sí? Citando a Mira Betz, “Nunca se es demasiado avanzado para una clase de iniciación”.